Reforma fiscal

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El mito progresista de la reforma fiscal peñista

Es evidente que toda pretensión de cambio en los impuestos –o de cualquier otra cosa– siempre llega acompañada de una apresurada manada de apologistas que tempranamente intentan vender sus bondades, como si fueran objetos preciosos ofrecidos a precios de regalo aparentando conocer todos sus detalles; como si fueran visionarios aventajados pese a que difícilmente han leído las más de 1 mil páginas que suma el paquete de la reforma hacendaria.

El libro como bien cultural y artículo de primera necesidad: no al IVA

Está quedando claro que El Pacto por México encabezado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que se han sumado los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), y que ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación masiva (Televisa y Tv Azteca), así como apoyado y ensalzado por diversos sectores empresariales y sindicales, no es otra cosa que una estrategia mediática que quiere hacer creer a los mexicanos que la gran mayoría de las llamadas reformas estructurales que impulsa el PRI son la solución a los diversos problemas que aquejan a nuestro país.

La necesaria reforma fiscal

Hay optimismo en los gobernantes de la federación. Sus estrategias para demostrar que pueden hacer cambios importantes han sido tomadas muy en serio por los organismos y los medios internacionales. Tanto, que al coro de los periódicos que elogian a Enrique Peña Nieto se sumó The Washington Post, el diario más influyente en lo político del imperio, pues en lo económico, obviamente, está The Wall Street Journal, que también habla positivamente de las posibles reformas mexicanas, especialmente en el codiciado petróleo.

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