extorsión

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Veinte años en prisión

Al volver a la ciudad de la cual salí hace 2 décadas no pude reconocerla. Más allá de las obvias transformaciones urbanísticas (casi babilónicas a mis ojos aún no manchados de asfalto) de algún modo me latigueó el contemplar ciertas expresiones de la gente en la calle: resignación, indiferencia, fastidio, “callada desesperación”; una sorprendente cantidad hablando por celular, otros encerrados en sus propias rejas invisibles, ¿acaso esa apatía extrema de las masas que precede a los totalitarismos? Algo ha cambiado en todo caso, pero al mismo tiempo todo sigue igual, sólo más cerca el presagio de una catástrofe largamente anunciada, el monstruo de asfalto al borde del infarto vial con sus 7 millones de automóviles circulando diariamente y que convierten prácticamente todas las horas del día en horas pico, lejos ya la urbe que cantaron vates como Efraín Huerta (con amor-odio), atrapada toda nostalgia libertaria y bucólica, cualquier añoranza frayluisdeleonesca (“Que descansada vida la del que huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda…”).

El último bastión: la Ciudad de México

Comandos armados secuestran jóvenes en antros, un informante de la agencia estadunidense antinarcóticos (DEA, por su sigla en inglés) asesinado a plena luz del día, un general acribillado, un tiroteo entre grupos rivales de la Policía Federal, convoyes militares que viajan por la ciudad preparados para el enfrentamiento, empresarios extorsionados por grupos criminales. No estamos hablando de Reynosa, Matamoros (Tamaulipas) o Monterrey (Nuevo León). Estamos hablando de la capital de la República Mexicana.

De El Siglo de Torreón al Senado de la República

Han sido, sí, liberados los cinco trabajadores del periódico El Siglo de Torreón, editado en una Coahuila acosada por sangre, fuego, secuestros, desaparecidos y creciente feminicidio. Y todo eso en el marco de los Moreira y sus cómplices los Marcos Villarreal (con sus tíos y el papá, diputado federal) que han hecho de la entidad un botín para los políticos en calidad de funcionarios y la delincuencia, sobre todo la del narcotráfico.

Cárceles

El asunto viene de lejos. Tanto, que antes de que fuera yo a visitar a los compañeros detenidos por el movimiento estudiantil de 1968, ya tenía referencias: en las prisiones –me decían– hay quienes gozan de amplias libertades, tratos amables, y aquellos que viven en la zozobra, casi en la esclavitud.

El Salvador: negocian maras y gobierno

La Mara Salvatrucha y el Barrio 18 sientan al gobierno salvadoreño en una mesa con la que se busca pacificar al país centroamericano. Impunidad a cambio de violencia cero, en el centro de la negociación

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