Electricidad

Arriba

Cargan a pasivos, bancarrota de Pemex y CFE

La ruinosa situación a la que han llegado Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) busca ser justificada como consecuencia directa de factores como la devaluación del peso frente al dólar y la acumulación de sus pasivos laborales, evitando por todos los medios tocar asuntos medulares como la corrupción, opacidad y la inducida “quiebra técnica” puesta en marcha desde hace más de 1 década para dar cumplimiento a lo establecido en acuerdos internacionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que buscaba la privatización de las empresas estratégicas del sector energético.

Tarifas eléctricas a la baja, política ficción

En el ámbito de la atmósfera oficial no dejan de flotar las mentiras concernientes a las bondades de la reforma energética, bajo cuya apertura en el sector eléctrico se trata de vender al país la idea de la baja en las tarifas de electricidad, como años atrás sucedió con la extinción de Luz y Fuerza del Centro, en octubre del 2009, que en sentido inverso fomentó más daños que beneficios a la economía de los 6 millones de usuarios de la zona centro, al asumir la prestación del servicio la Comisión Federal de Electricidad (CFE), hoy en quiebra.

Sector energético: exclusivo de la nación

Se acerca el 8 de septiembre. La juventud mexicana se prepara para unirse al resto del pueblo en la movilización de ese día en el Zócalo de la Ciudad de México, en defensa de los derechos del pueblo y sus recursos. Y no es para menos. El 12 de agosto, Día Mundial de la Juventud, se anunció en el Salón Adolfo López Mateos de Los Pinos la iniciativa para cerrar el futuro de la juventud mexicana, contraria al interés de las nuevas generaciones que requieren de un México con independencia económica, financiera y energética para tener acceso al empleo y el bienestar.

Por qué decir “no” a la reforma energética: las manipulaciones oficiales

Si los gobernantes en turno afirman que México es un país democrático, el tema de la reforma energética debe llevarse a un debate nacional donde participen no sólo los grupos empresariales –interesados en apropiarse de buena parte de los dividendos de la renta petrolera, de los contratos de exploración, explotación y los procesos de refinación–, sino todos los sectores sociales, así como intelectuales y especialistas en la materia, para evitar que un asunto de vital trascendencia para el futuro del país sea aprobado por una irresponsable mayoría en el Congreso de la Unión, como ya aconteció con las reformas laboral y educativa. Presentamos esta serie de artículos para argumentar el porqué los mexicanos debemos decir “no” a los cambios que se pretenden realizar en el sector, de acuerdo con lo planteado por priístas y panistas.

en Tendencias

Tendencias