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Situación del feminicidio en México

Invisibilizada por la violencia generalizada, la violencia contra las mujeres por su condición de género no ceja en el país. Siguen en aumento las desapariciones, los feminicidios y, atrás de éstos, la grave situación de discriminación y una violencia latente y sistemática, naturalizada por nuestra sociedad patriarcal, que se expresa de múltiples formas. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha informado que durante 2013 y 2014 en promedio se han asesinado a siete mujeres diariamente en el país, cifra que nos lleva a cuestionar y revisar los procesos impulsados desde el gobierno para aminorar e incluso terminar con esta realidad.

Entre los 80 mil homicidios, otra reportera asesinada

Desde que inició el combate a muerte contra las delincuencias organizadas, sobresaliendo la del narcotráfico, a partir del calderonismo y lo que va del peñisimo, en el contexto de las violaciones a los derechos humanos del inmenso resto de los mexicanos, hemos transitado de más de 100 mil homicidios del sexenio inmediatamente pasado a otros 80 mil del presente, en lo que ya es un baño de sangre que tiene a la nación sumida en el pánico y la desesperación, ante la incapacidad del gobierno peñista y de los desgobernadores que sólo abusan en sus ínsulas que les escrituraron los partidos.

Graves retrocesos en género, medio ambiente y derechos humanos

La actual administración debiera dar prioridad con carácter urgente a temas de preocupación nacional como el derecho a un medio ambiente sano, la defensa de la tierra y el territorio, los derechos de las personas y los pueblos transversalizados con una perspectiva de género y desde la interseccionalidad, en un contexto generalizado de crisis ambiental y las consecuencias que conlleva para los ecosistemas, para las personas en general y para grupos de poblaciones que enfrentan mayores condiciones de vulnerabilidad, entre ellos las mujeres.

Pobreza, impunidad, corrupción, derechos humanos e inseguridad

No es el tercer año, sino los 2 anteriores de este sexenio –al que desgraciadamente le falta la mitad– los que han mostrado que el peñismo no ha sabido resolver los problemas de su competencia. Ha sido éste un mal gobierno. Y no porque los anteriores hayan sido mejores. Nada de eso, pero lo que está en cuestión es el presente, que de esto trata la política responsable. En todos los frentes de sus obligaciones, Enrique Peña y su grupo han resultado ineficaces. Se agudizan esos problemas. La pobreza aumenta y ya debe haber más de 55 millones que, con comedores dizque gratuitos que no atienden ni a 2 millones de mexicanos necesitados, busca el peñismo paliar el hambre. Y todo porque crece el desempleo, al no saber Peña cómo convencer a los empresarios para que su capitalismo genere ocupación.

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