Trump y Netanyahu reviven el Holocausto Nazi en la Franja de Gaza

Trump y Netanyahu reviven el Holocausto Nazi en la Franja de Gaza

FOTO: 123RF

El hecho de que condenemos a 1 millón 200 mil judíos a morir de hambre sólo debería mencionarse marginalmente”. Entrada del diario de Hans Frank, gobernador nazi en la Polonia ocupada.

La situación por demás irracional e inhumana que enfrenta el pueblo palestino en la Franja de Gaza ha terminado por despertar la indignación de países como Francia y otros miembros de la Unión Europea, ante la comisión de una encubierta “limpieza étnica”, que quedó prohibida en el Derecho Internacional, tras el holocausto cometido por Adolfo Hitler contra el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial .

Sin embargo, para el genocida Benjamín Netanyahu y el enloquecido Donald Trump, la dolorosa lección que dejó para la posteridad el Führer Nazi, con el asesinato de 6 millones de judíos en campos de concentración, como Auschwitz –un millón de los cuales eran niños–, pareciera no existir en los libros de historia, como tampoco la hambruna a que fueron sometidos como parte de la desatada persecución racial.

A 80 años de distancia, el gobernante de ese pueblo –que fue masacrado en la más terrible de las barbaries– ahora se convierte en un reeditado “Führer” judío. Ha dejado sin hogar y sin un pan a más de 2 millones de personas.

De acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tras 21 meses de incesantes bombardeos contra la Franja de Gaza, el 70 por ciento de las edificaciones están destruidas; buena parte de las mismas que eran los hogares de millones de personas.

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Las imágenes sobre el Holocausto de la Segunda Mundial, donde se observaba a mujeres y niños judíos en la desnutrición total a causa del hambre, se repite ahora en Gaza. En el mundo, circulan fotografías y tomas en video, donde los niños y bebés palestinos están muriendo de inanición. En tanto el “Führer” Netanyahu impide la entrada de toneladas de ayuda humanitaria, bajo la amenaza de activar los ataques. Su excusa es que esto beneficia al grupo de Hamas.

La indignación de la comunidad internacional va en aumento. El primer ministro israelí ha roto con los protocolos de guerra, al atacar objetivos civiles, hospitales y escuelas. El hambre extrema es tal que la población civil ha llegado al límite, y los jefes de familia hierven hojas de árboles para dar algo de comer a sus hijos. A los 60 mil muertos reportados desde el inicio del genocidio, ahora se suman otros tantos miles, a causa del hambre.

La escasez de alimentos, medicinas, atención médica y agua potable es tal que ya se clasifica en una fase 5 de hambruna, donde están muriendo 10 personas por día. Las cifras del nuevo Holocausto son alarmantes: organismos internacionales calculan que unas 600 mil personas sufren desnutrición extrema, incluidas 60 mil mujeres embarazadas y, por supuesto, niños y bebés recién nacidos.

Lo censurable es que el gobierno de Israel impide que ingrese la ayuda humanitaria a Gaza. Y cuando esto sucede, de inmediato se ordena bombardear las zonas de entrega. Mata civiles y deja sin provisiones a los palestinos.

En los centros de ayuda humanitaria, más de 750 personas han muerto violentamente, pues en su afán de aniquilamiento, Netanyahu y sus funcionarios no respetan nacionalidades de los voluntarios de organismos internacionales, e incluso hasta el propio personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido agredido y tampoco se ha librado de pasar hambre.

Organizaciones no gubernamentales internacionales han señalado que la crisis de Gaza es totalmente evitable. Sin embargo, el gobierno genocida de Israel es el que impide la entrada de toneladas de alimentos, suministros médicos y agua. “Las restricciones generan el caos, la hambruna y la muerte”, denuncian.

El repudio mundial ya es generalizado pues de manera unánime: 28 países de diversos continentes; entre ellos, Francia, Reino Unido, España, Canadá, Australia y Japón, emitieron una declaración conjunta, en la cual responsabilizan a Israel de la “catástrofe humanitaria”.

“Matar civiles que buscan ayuda es indefendible”, señaló categórica la presidenta del Consejo de la Unión Europea, luego de que el gobierno israelí negara ser el responsable del hambre en la Franja de Gaza, al evadir las abundantes evidencias aportadas por la ONU y las ONGs internacionales. Cínicamente, los funcionarios de Israel dijeron que sí lo han llegado a hacer, es “para impedir que la ayuda llegara a manos de Hamas”.

Pese a la presión internacional, Netanyahu apenas y está permitiendo el ingreso de unos 70 camiones diarios de ayuda, pero para paliar en algo los estragos del genocidio se requieren al menos de 500 a 600, porque son terribles las necesidades que enfrenta el pueblo palestino.

El mundo entero debe extender su solidaridad a los gazatíes con medidas más extremas a los responsables, porque hace apenas unos meses Trump declaró, a la par del primer ministro de Israel, que Estados Unidos “tomarán el control de Gaza”, y que será convertida en la Riviera del Oriente Medio.

Podría decirse que ni Hitler llegó a tales extremos de “limpieza étnica”, porque borrar de la faz de la tierra una población con tal fuerza de exterminio, es inaceptable en pleno siglo XXI.

Y los gobiernos del planeta deberán estar muy atentos a que tal amenaza no se cumpla, porque permitir a este renacidos “Führers” Nazistas salirse con la suya, es abrirles la puerta a pisotear a otras pequeñas naciones e, incluso, a creerse con el derecho de establecer un nuevo reparto geopolítico. La imposición de aranceles por parte de Trump es otra de estas peligrosas señales.

Observadores internacionales coinciden en que esta guerra carece de todo sentido y de justificación militar, volviéndose “interminable, indiscriminada y militarmente inútil”. Realmente inaudito que la historia de horror y exterminio de la Alemania Nazi renazca en nuestros tiempos. Y que las víctimas de ayer se conviertan en los verdugos del hoy.

 

*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas

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