México consuma “Plan C”, ciudadanos exigen justicia en las urnas

México consuma “Plan C”, ciudadanos exigen justicia en las urnas

Foto: Darylh Rodríguez

Están los que acuden con prisa, los que van de la mano de sus adultos mayores, los que se escabulleron del trabajo y luego de votar, caminan a pasos agigantados para volver a sus obligaciones. Están los escépticos, los que estudiaron la boleta –como si de un examen se tratara–, y los que traen su acordeón doblado en el bolsillo, “por si las dudas”.

Es casi mediodía, y las urnas atestiguan el primer ejercicio democrático para elegir a los jueces, magistrados y ministros que integrarán el nuevo y reformado Poder Judicial de la Federación (PJF). Ese es el llamado Plan C, que ahora miles de mexicanas y mexicanos hacen realidad en cada voto, en cada casilla del país.

Ejemplo de ello son las elecciones que se llevaron a cabo este 1 de junio en el municipio de Isidro Fabela, Estado de México, una comunidad de más de 12 mil habitantes, de los cuales casi 8 mil están inscritos en la lista nominal. Allí, desde muy temprano, los votantes comenzaron a salir rumbo a las casillas: unos antes de acudir a misa; otros, con la calma de quien aprovecha el domingo para saludar a vecinos y familiares; y tampoco faltaron quienes recorrieron las calles invitando a participar en lo que muchos ya llaman un “momento histórico”.

Entre las personas que acudieron a votar, camina el señor Francisco Humberto Cadena, con paso lento pero de gran ánimo: al salir de casilla, no oculta su entusiasmo, pues presume su participación, además sonríe, y le pide a su esposa que le tome una foto para atesorar su primera votación judicial. “Salgan, salgan a votar”, dice, posteriormente, con voz clara a quienes pasan frente a él.

Consultado por este semanario, señala que esta elección era necesaria para que las personas más pobres puedan, al fin, acceder a un sistema de justicia que, hasta ahora, ha sido cooptado por “los más ricos” de México. Y que esa desigualdad, asegura, ha desatado una cascada de injusticias que afecta sobre todo a las personas de pueblos originarios y a quienes no son hispanohablantes.

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Darylh Rodríguez

“Este proceso electoral es un proceso inédito. Es la primera vez que vamos a elegir a los miembros del Poder Judicial, y eso es benéfico para el país porque, sobre todo, el Poder Judicial es una cloaca, está lleno de corrupción, está lleno de porquería. La justicia es para quien tiene dinero. Entonces, esta votación tiene que ser para que ellos respondan al pueblo. […] Esto tal vez sea el inicio para acabar con esta corrupción […] Es un paso muy grande”, acusa.

Con esa misma fuerza y esperanza, sale de la casilla la señora Juana Rosas. Ella votó no sólo como ciudadana, sino como mujer consciente, heredera de la lucha sufragista que, hace más de siete décadas, abrió caminos y derechos para todas las mujeres, quienes hoy pueden acudir libremente a votar y ejercer un derecho.

“Hoy acudí a votar para cumplir con un derecho, un deber ciudadano, y que nos ha costado mucho a todas las mujeres tratar de conservarlos; segundo, pues que las cosas en nuestro país cambien porque ha costado mucho trabajo que esto suceda; y también necesitamos instituciones verdaderamente honestas y fuertes para que las cosas avancen. Entonces, como madre y abuela me interesa que las cosas mejoren”, señala a Contralínea.

Sin embargo, no todo es entusiasmo entre los ciudadanos de Isidro Fabela. En medio del ir y venir de votantes, también hay inquietud. Algunos expresan su preocupación y miran con reserva una elección de tal magnitud, temiendo los vicios que podría arrastrar. Y es que en esta jornada no fueron una ni dos, sino 10 boletas las que cada persona tuvo que llenar para elegir a un total de 58 candidatos y candidatas. Para algunos, aquello no representa una participación “consciente”, sino un laberinto que podría prestarse a la confusión, al desinterés o, peor aún, a la manipulación de grupos de poder.

Alexis Roa expresa su preocupación porque los sectores más vulnerables –como los adultos mayores– puedan ser más fáciles de manipular. “Creo que al final la intención con la que fue hecho este proceso no es mala, sin embargo, creo que el proceso si el proceso no se da de una manera transparente y no se orienta a las personas, sobre todo, de cuál es el proceso y cuál es la manera de elegir, sí podría prestarse para de alguna manera manipular la votación […] Es mucha información la que debemos conocer. Y creo que no es información que esté al alcance de toda la población”.

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Darylh Rodríguez

-¿Se le hizo fácil el manejo de la plataforma del INE?

-No. Es difícil. Y precisamente los adultos mayores podrían ser vulnerables en esta votación porque son personas que al final desconocen la forma de hacer este proceso, desconocen cómo emplear este tipo de herramientas y votan sin información real.

A escasos metros de distancia, se encuentra Petra Rosas Labastida, una mujer mayor que no disimula su desencanto. Su ceño fruncido se percibe desde lejos, mientras una mueca flota en su rostro ovalado. Su enfado nace de su ausencia en las urnas. Dice que nadie le explicó bien a quiénes se iba a elegir, que los candidatos no se presentaron en su comunidad y que, en los pocos medios que suele ver, nadie habló claro sobre las candidaturas de esta elección.

“No conocemos a nadie, oiga, ¿por quién votamos si no los conocemos? Ahora, ¿cómo iba a votar por tantos? Estas votaciones están raras. […] Por lo menos los hubiéramos conocido de vista, al menos en la tele, pero así, no”.

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Darylh Rodríguez

Pasa el mediodía, se asoma otra hora y luego otra. La jornada electoral avanza y,  poco a poco, las urnas se tiñen de morado, rosa, salmón, turquesa, amarillo, violeta: los colores de cada boleta. Para sorpresa de muchos –incluso de los propios funcionarios electorales– acudieron más ciudadanos de los esperados. Y aunque no fue una votación masiva, cada persona que llegó a su casilla abrió una rendija en esta nueva ventana de justicia.

En este mar de optimismo, el funcionario del Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de la sección 2069, destaca que las elecciones judiciales son reflejo de la “buena voluntad” ciudadana. Asegura que, pese al reto logístico, el órgano electoral respondió con premura para que hoy pudiera consumarse una elección histórica. “La realidad es que hubo buena participación por parte de la ciudadanía para participar en este proceso”.

Apunta que el principal reto fue la premura: “el tiempo que pasó del proceso anterior a éste fue muy corto, pero la realidad es que se cumplió dentro del tiempo. La cuestión es que al haber menos gente significó más trabajo, porque ahora contrataron a menores capacitadores”.

Por último, el funcionario adelantó que el órgano electoral prevé realizar adecuaciones en futuros procesos judiciales, especialmente en lo que respecta a la logística y la claridad de las boletas, “para que exista mayor transparencia y comprensión”.

Tras sus palabras, los minutos avanzan. Los ciudadanos se llaman unos a otros para votar. Luego, las casillas vuelven a su calma habitual, a la espera de que los jóvenes –que son quienes menos acuden– se sumen con mayor ímpetu a esta nueva forma de transparentar la justicia.

En Isidro Fabela, Estado de México, esta jornada electoral representó un reto para sus habitantes, muchos de los cuales aún enfrentan la escasez de servicios básicos como el acceso a internet. Sin embargo, hoy quedó claro que, por muy remota que sea la montaña, el pueblo demanda justicia, incluso en sus rincones más apartados.

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