A Estados Unidos se le entregará agua del río Bravo “hasta donde se pueda”, pues “nosotros también tenemos que garantizar el derecho humano [al agua] y del riego agrícola de varias zonas del país”, señaló la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, respecto al acuerdo que alcanzó su gobierno con el vecino país del norte. La dotación del vital líquido entre ambas naciones se deriva del Tratado de Aguas de 1944.
“Se hizo una revisión por parte de las áreas técnicas de cuánta agua hay en las presas, para poderlo conocer [cuánto líquido almacenan …] y entonces se pactó una entrega de agua dentro de los márgenes posibles y viables”, continuó la primera mandataria.
Además de acordar la realización de revisiones anuales, México también planteó que “estamos haciendo todo el proceso de riego eficiente en Chihuahua, Coahuila (una parte), Sonora; eso nos va a ayudar para disminuir la cantidad de agua que se usa para que pueda cumplirse con el Tratado de 1944”, detalló en su conferencia matutina.
El Tratado, firmado el 3 de febrero de 1944 y ratificado un año después por ambas naciones, establece la cantidad de agua que se destinará a cada país a través de los causes que lleguen a los ríos Bravo y Colorado, desde Fort Quitman, Texas, hasta el Golfo de México.
En su artículo 4, establece que el agua para México proveniente del río Bravo se dará a través de la corriente que llegue de los ríos San Juan y Álamo; “la mitad del escurrimiento del cauce principal del río Bravo”; las dos terceras partes del caudal de los ríos Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido y Salado y Arroyo de las Vacas; así como “la mitad de cualquier otro escurrimiento en el cauce principal del río Bravo”.
Por su parte, a Estados Unidos se entregará el agua que llegue de las corrientes de los ríos “Pecos, Devils, manantial Goodenough y arroyos Alamito, Terlingua, San Felipe y Pinto”; la mitad del escurrimiento del cauce del río Bravo; una tercera parte de la corriente principal que provenga de los ríos Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo de las Vacas, no menor a 431 millones 721 mil metros cúbicos; y “la mitad de cualquier otro escurrimiento en el cause principal del río Bravo”.
Asimismo, especifica que, de haber sequía o un accidente serio por el cual no se pudiera entregar la cantidad pactada a Estados Unidos en el periodo de cinco años, “se repondrán en el ciclo siguiente con agua procedente de los mismos tributarios”, y se considerará como pagado un ciclo cuando “por lo menos dos de las presas internacionales principales, incluyendo la localizada más aguas arriba, se llene con aguas pertenecientes a los Estados Unidos”.
En su artículo 10, el documento expone que a México se asignará, cada año, un total de 1 mil 850.234 millones de metros cúbicos de agua proveniente del río Colorado, y con posibilidad de llegar hasta 2 millones 96.931 mil metros cúbicos cuando existan excedentes de esa fuente.
En total, se pactó que México reciba 4 millones 317.210 mil metros cúbicos de agua del río Bravo cada cinco años y 1 mil 850.234 mil metros cúbicos del Colorado cada año; o lo que es igual a 13 millones 568.38 mil metros cúbicos cada cinco años para México, por 2 millones 158.605 mil metros cúbicos para Estados Unidos en el mismo periodo.
No obstante, “había una parte de México que no se había entregado hace varios años, no porque no quisiera, sino porque había sequía”, recalcó la presidenta Sheinbaum en su conferencia.
Por lo que, tras varias semanas de trabajo con la gobernadora de Chihuahua, y los gobernadores de Tamaulipas y Coahuila, “todos estuvimos de acuerdo […] para poder encontrar un esquema que pueda dar el agua a Estados Unidos que debíamos, pero que no nos ponga en riesgo a nosotros”.
En este sentido, Sheinbaum Pardo mencionó que la reciente lluvia en Tamaulipas “ayudó bastante, porque no se va a tener que tomar tanta agua de las presas internacionales” de esa entidad. “Entonces lo que se puede y hasta donde se puede [de agua], como diría Juárez”.
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