Omitamos las comparaciones, pero José Clemente Orozco Valladares, Orozco a secas, es el pensador mejor logrado desde la caricatura periodística hasta la maestría en el manejo del pincel con la grandiosidad de sus figuras en tercera dimensión, bañadas en una singular composición de colores que arrebatan el sentimiento y la voluntad de quienes miran su obra con los ojos del conocimiento a través de la sublime contemplación. Sus frescos El hombre de fuego… ¡su Hidalgo!, su Cristo, su Cortés y la Malinche y, como caricaturista, su Victoriano Huerta (tan actual si miramos a Los Pinos donde ha vuelto la borrachera militar). Y su mural en el edificio de la Suprema Corte, La Justicia, cuando es el “yo acuso” de nuestros días a la prostitución del antro en que se ha convertido la actuación de los 11 ministros.
Bastan tres libros para conocer la biografía de Orozco, biografía que es su obra y, secundariamente, su vida (la Autobiografía, primero publicada por la Revista de Occidente, y después por Ediciones Era). El texto de Raquel Tibol, José Clemente Orozco: una vida para el arte, en el Fondo de Cultura Económica; y la lograda vida y obra escrita por Alma Reed, la célebre musa de la canción Peregrina, la periodista y crítica de arte, con el título Orozco.
De entre la cuantiosa publicación que reproduce su obra mural, está el libro editado por el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, con el ensayo de Jorge Alberto Manrique, el texto de Antonio Rodríguez y la fotografía excelente de Enrique Franco Torrijos, reeditado en varias ocasiones. Las lecturas sobre José Clemente Orozco apenas si nos dicen algo sobre el pintor. Es indispensable e ineludible mirar su trabajo que, mayormente, está en Guadalajara, la ciudad de México y Estados Unidos. Y existen, pues, las reproducciones. Esto, empero, no quita la oportunidad de leer a Tibol y Reed como al mismo Orozco, para enterarse de sus magistrales creaciones.
El libro mejor logrado es el de Alma Reed, con excelentes fotografías de las pinturas y demás obras de este notabilísimo creador de impactante belleza, llevada a lo sublime del arte en sus murales, casi todos de crítica social, vocación histórica y de permanente actualidad. Un José Clemente Orozco (1883-1949) de quien, en las ilustraciones del libro de Alma Reed, nos ofrece la posibilidad de mirar-admirando, subyugados, sus pinturas de estética universal y quien, desde este Olimpo histórico, recrea su legado.
Ficha bibliográfica:
Autora: Alma Reed
Título: Orozco
Editorial: Fondo de Cultura Económica
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