Estupidez y crimen de García Luna

Desde el salinismo, la nación ha vivido la creciente deslegitimación del poder presidencial y su órgano apéndice: el Ministerio Público federal, y que es identificado con la sigla PGR (Procuraduría General de la República); hoy arrastrará al Congreso de la Unión, si el peñismo sigue la ruta del perdón y olvido y este órgano colegiado no ejerce su facultad de encauzar a los calderonistas por medio del juicio político, al otorgar impunidad a los que en la elite del presidencialismo abusaron del poder sin recibir la sanción que merecen a sus actos y omisiones en perjuicio (daño político y daño material) de los intereses del Estado, la sociedad y el gobierno.
Calderón: yo te acuso de haber sido otro Victoriano Huerta

Alcoholismo, militarismo y homicidios caracterizaron al borrachín Victoriano Huerta, traidor al partido de Francisco I Madero, a quien asesinó junto con cientos de miles de mexicanos tratando de interrumpir la Revolución de 1910.
La Lotería Nacional en la Sonora de Navarrete Prida

Una de las banderas electorales de Peña Nieto, y ya como uno de sus propósitos político-administrativos, es combatir la corrupción de la elite gobernante, que el foxismo y el calderonismo llevaron a sus últimas consecuencias. Y busca crear una comisión anticorrupción que sustituya a la ineficaz Secretaría de la Función Pública, adorno burocrático de los panistas que, según Fox, iba a pescar peces gordos y ni siquiera un charal logró. Con Calderón, a quien en lugar de Las golondrinas le entonan aquella letra de “Estás que te vas, y te vas, y te vas…
No quieren trabajadores, quieren esclavos y más capitalismo salvaje

“Se dice que no hay peligro, porque no hay agitación. Se dice que como no hay desorden material en la superficie de la sociedad, las revoluciones están lejos de nosotros. Señores, permítanme que les diga que yo pienso que están ustedes equivocados. Es verdad que el desorden no está en los hechos, pero ha penetrado muy profundamente en los espíritus. Miren lo que pasa en el seno de esas clases obreras, que hoy –lo reconozco– están tranquilas. Es verdad que no están atormentadas por las pasiones políticas propiamente dichas, en el mismo grado que lo estuvieron en otro tiempo, pero, ¿no ven ustedes que sus pasiones se han convertido de políticas, en sociales? ¿No ven ustedes que, poco a poco, en su seno se extienden unas opiniones, unas ideas que no aspiran sólo a derribar tales leyes, tal ministerio, incluso tal gobierno, sino la sociedad misma, quebrantándola en las propias bases sobre las cuales descansa hoy?
Las elecciones: Ramos y Musacchio

La cínica frase de Calderón para justificar su ascenso a la Presidencia de la República, a partir de su dudoso triunfo electoral, “haiga sido como haiga sido”, prevalece también para la sospechosa victoria de Peña.