¿Elbazo, calderonazo y televisazo?

El cártel de la cúpula del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) tiene más de 23 años de poder absoluto, con la complicidad, primero, de quien la empolló: Carlos Salinas de Gortari y sus testaferros: Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, quienes ahora militan en la cómoda oposición del chuchismo perredista después de que su priísmo los hizo trepadores electoreros-burocráticos. Luego, doña Elba Esther Gordillo Morales se coludió con Ernesto Zedillo, responsable de los homicidios de Acteal (Chiapas), Aguas Blancas y El Charco (Guerrero).

La Segunda Sala de la Corte pisoteó la Constitución

En el caso de los electricistas que Felipe Calderón y su secuaz empleado Javier Lozano Alarcón (dos nazis que abusaron del poder) dejaron en el desempleo, los integrantes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación –Margarita Luna Ramos, Alberto Pérez Dayán, Fernando Franco y Sergio Valls– resolvieron el reclamo laboral del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) como propuso el ideólogo de Hitler y el nazismo, partidario de la autocracia y enemigo a muerte de la democracia y el republicanismo, Carl Schmitt (Estudios sobre Carl Schmitt, varios autores, Siglo XXI, España), quien argumentaba que el defensor e intérprete de la Constitución y único beneficiario debería ser, en ese entonces, el Führer Hitler o el Duce Mussolini. Ahora, pues, la Primera Sala favoreció al borrachín Calderón y al lengua suelta y brabucón Lozano, ¡ahora senador, al estilo de cuando Calígula hizo senador a su caballo!

La Corte cumplió con su deber constitucional

Es verdad que tras la liberación de la francesa Florence Cassez por violaciones burdas, claras e inobjetables a sus derechos humanos y garantías procesales, ya en su patria, sus conciudadanos y el gobierno de Francia la convirtieron en una caricatura de Juana de Arco.

¿Cambio de piel y de nombre al PRI?

Es célebre el refrán no es bueno cambiar de caballo a la mitad del río. Tal vez originada en la respuesta de Abraham Lincoln para aceptar su segunda postulación, en 1864, a la Presidencia de Estados Unidos –entonces ya consolidados–, y una vez resuelta la guerra entre el Norte y el Sur, que devendría en la emancipación de los negros, gracias al apoyo del pueblo a la propuesta de Lincoln para la liberación de quienes, hasta Martin Luther King, llevaron hasta sus últimas consecuencias la lucha contra la discriminación racial y la esclavitud. Éste dijo: “Recuerdo la historia de un viejo granjero holandés que, en cierta ocasión, comentó que en medio del arroyo era preferible no cambiar de cabalgadura” (Ensayos, discursos y cartas de Abraham Lincoln; editorial Pax. Recopilación, introducción y comentarios de Don E Fehrenbacher).

Los vándalos fueron los policías disfrazados de civiles

Las policías federales y del gobierno de la capital del país, aquel 1 de diciembre cuando Ebrard y Mancera, Peña y Osorio Chong, en la llamada transición de poderes de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y la Presidencia de la República, al tener como factor común a Calderón y García Luna, fueron quienes, disfrazados de civiles y con guante en una mano se identificaron para que los que llevaran uniforme no los atacaran y menos los detuvieran.