Un sexenio fallido

Autora del libro México en llamas. El legado de Calderón, Anabel Hernández se caracteriza por sus implacables testimonios de la docena trágica panista.
La Segunda Sala de la Corte pisoteó la Constitución

En el caso de los electricistas que Felipe Calderón y su secuaz empleado Javier Lozano Alarcón (dos nazis que abusaron del poder) dejaron en el desempleo, los integrantes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación –Margarita Luna Ramos, Alberto Pérez Dayán, Fernando Franco y Sergio Valls– resolvieron el reclamo laboral del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) como propuso el ideólogo de Hitler y el nazismo, partidario de la autocracia y enemigo a muerte de la democracia y el republicanismo, Carl Schmitt (Estudios sobre Carl Schmitt, varios autores, Siglo XXI, España), quien argumentaba que el defensor e intérprete de la Constitución y único beneficiario debería ser, en ese entonces, el Führer Hitler o el Duce Mussolini. Ahora, pues, la Primera Sala favoreció al borrachín Calderón y al lengua suelta y brabucón Lozano, ¡ahora senador, al estilo de cuando Calígula hizo senador a su caballo!
Adolfo Gilly: Huerta y su coñac de marca Wilson

Por las páginas del libro Cada quien morirá por su lado. Una historia militar de la Decena Trágica, Adolfo Gilly recrea la canallada golpista que del 9 al 18 de febrero de 1913 culminó con el asesinato de Francisco I Madero y José María Pino Suárez. Sus ejecutores fueron Victoriano Huerta y sus matones, encabezados por Aureliano Blanquet, Francisco León de la Barra y Henry Lane Wilson, desde Washington, DC, Estados Unidos, precedente de las intervenciones estadunidenses contemporáneas a través de la Agencia Antidrogas , la Oficina Federal de Investigación y la Agencia Central de Inteligencia (todas estadunidenses), para afirmar el expansionismo comercial que sabotea, en complicidad con los nuevos Huertas, nuestro desarrollo y crecimiento económico y sólo favorece a los “Luis García Pimentel, multimillonario jefe del Partido Católico [Nacional], [quien] dio más dinero para la [contra]revolución contra Madero”, y que hoy emulan los Azcárraga, los Salinas Pliego, los Slim, Larrea, etcétera.
Margarita García Colín: periodismo radiofónico veraz y crítico

En las estaciones de radio donde prevalecen los duopolios de Radio Centro y Televisa, con la incursión de Excélsior y Milenio entre otros medios que buscan integrarse, han uniformado la información y la “filtran” para limar “lo que no debe pasarse al aire”. Esto en cuanto a los noticieros, por lo que hace a los comentaristas, analistas y críticos, más que periodistas, sus locutores –salvo excepciones– que se cuidan de no molestar a los gobernantes al ofrecer a los radioescuchas un panorama si no “rosa”, al menos rosadito. Es sabido que los concesionarios y sus comunicadores se comportan como dueños y desafían para retener las frecuencias, y reciben obsequios, sobornos y pago por entrevistas, lisonjas y justificaciones más la publicidad que les otorgan para “ablandarlos”.
El Belisario Domínguez de Josefina Mac Gregor

No son pocas las biografías de Belisario Domínguez Palencia. Fue un mártir y héroe de la libertad de expresión como derecho constitucional individual y colectivo de la nación mexicana y del simultáneo derecho –eje de la libertad de prensa– para publicar escritos sobre cualquier materia. Pero la biografía, resultado de la minuciosa investigación y brillantes reflexiones de Josefina Mac Gregor es un ensayo de gran calidad literaria, por donde la vida y obra de tan ilustre combatiente por la legalidad y legitimidad de la institución presidencial sustentada en la democracia representativa resulta una aportación singular. Es un trabajo no meramente histórico –porque permanece vigente al tratarse de un asunto que no pierde actualidad– sino que es un acerado ejemplo para nunca dejar de reconquistar esas libertades duramente ganadas desde Francisco Zarco.