Lewis Carroll: el matemático de la literatura

Utilizando el seudónimo de Lewis Carroll para publicar en 1865 su celebradísima Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, Charles Lutwidge (1832-1895) fue matemático, fotógrafo, filósofo (su ensayo El juego de la lógica) y literato. Los filmes y una tergiversada interpretación lo han hecho un escritor supuestamente de literatura para niños; pero Lewis Carroll lo es para todas las edades a partir de sus libros de reflexiones matemáticas, y en sus cuentos científicos de álgebra o geometría que estimulan la imaginación al mismo tiempo que enriquecen la formación cultural. Esta finalidad persiguió hasta en los textos que han querido presentar como lectura exclusiva para niños.

Ni de lejos, Obama es Lincoln (ni mucho menos Peña es Juárez)

Se pueden aprovechar otras experiencias históricas y, cambiando lo que se tenga que cambiar, implantarlas sobre todo para los nacientes Estados donde se constituyen sociedades que, con medios jurídicos, generan sus gobiernos para conquistar fines políticos, económicos y sociales-culturales, afianzadas en sus tradiciones rescatables. Pero no hay imitaciones ni ciclos, como postulan quienes catearon el encanto de la “astucia de la razón” de Hegel y el hegelianismo de derechas al que se afiliaron Oswald Spengler, Arnold Toynbee y demás seudohistoriadores de “tijeras-y-engrudo” (Robin G Collingwood, Idea de la historia; Ensayos sobre la filosofía de la historia y El nuevo Leviatán: hombre, sociedad, civilización y barbarie). Aunque lo parezca, nada se repite en el curso de la humanidad. Y cada pueblo, cada nación, son singulares al crear su pasado y su presente que es el único futuro inmediato.

Cicerón: de la senectud o la vejez

Cae en mis manos y ante mis ojos (los que sirven para leer, que nos conectan con los ojos del conocimiento, expresaba en sus maravillosas cátedras en la Facultad de Derecho y en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México el que fuera ilustre maestro, Guillermo Héctor Rodríguez) el texto periodístico de Fernando Savater que se refiere al tema de este Ex libris: “Fin de año” (la palabra fin se usa como sinónimo de final en el habla común y hasta en escritores reconocidos, y Savater es uno de éstos). “Pero hay –dice– una humillación a la que nada resiste y que derrota cualquier rebeldía por medio del ridículo: la de envejecer” (El País, 28 de diciembre de 2010).

Alcalde de Durango embiste al periodista Miranda Servín

Funcionarios y delincuentes se disputan el récord para ver quién agrede más a los periodistas e incluso compiten por cometer más homicidios contra reporteros. Unos y otros secuestran a los trabajadores de la información y la crítica. En medio de la violencia –que continúa por todo el país– es que los sicarios del crimen y los guaruras de esos dizque políticos, caciques en los municipios y las entidades, insisten en silenciar a los medios de comunicación, comenzando por eliminar a los periodistas, destruir los edificios de los diarios y con amenazar para obligar a esos medios a pasar por alto los hechos de la delincuencia organizada con funcionarios que pretenden que no salgan a la luz pública sus corrupciones, sus abusos de poder y otros desmanes.

George Steiner: el maestro de la crítica

De entre mis libros, apenas tengo 20 textos con la calidad insuperable de las creaciones de George Steiner, el todavía biológicamente vivo escritor con la más lograda maestría para la crítica literaria en cuanto a divulgación de la cultura que nació entre los griegos de la Atenas –todavía maravillosa– de las recreaciones históricas. Nada le ha sido ajeno a este persistente e incansable trabajador del conocimiento de las aportaciones en los principales idiomas a los que recurrieron los inmortales de las letras. Las obras de Steiner han estado traduciéndose al español sin un orden cronológico, como por ejemplo La muerte de la tragedia, un cortísimo ensayo de 250 páginas con una prosa grandiosa, del francés al inglés y de éste a nuestro idioma. Esto a pesar –con las mismas palabras de Steiner– de que toda traducción es apenas una “aproximación cuando existe el traslado a otro idioma”.