Con 13.4 millones de personas fuera de la pobreza y 1.7 millones fuera de la pobreza extrema se revierte una tendencia de más de 35 años de un modelo económico profundamente excluyente y polarizador. El avance no es menor, pues se hizo con condiciones adversas, una pandemia y conflictos geopolíticos. “Por el bien de todos, primero los pobres” fue la ideología que dio directriz a la política social del gobierno de López Obrador, y con datos contundentes se muestra el avance en el bienestar y la derrota moral, política e ideológica de los tecnócratas que gobernador México.
Con los recientes datos publicados por el Inegi, el resultado del cambio de régimen, que es de correlación de fuerzas entre las clases sociales, es del orden de 13.4 millones de personas fuera de la pobreza y 1.7 millones, de la pobreza extrema. Rompe la tendencia de los últimos 35 años, que son los del neoliberalismo, patrón de acumulación de capital centrado en la acumulación de riqueza por unos cuantos, y el despojo de millones bajo un orden jurídico que legalizó la explotación laboral en condiciones de violencia. Desde luego, estos datos abren la necesidad de hacer un balance de lo que fue el sexenio de López Obrador, que seguramente también será objeto de disputa por el sentido.
Como se observa en la gráfica publicada en la conferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, desde el gobierno de Felipe Calderón –el que supuestamente le declaró la “guerra” al narcotráfico– la pobreza multidimensional, que abarca mediciones de salud, vivienda, educación, alimentación, salarios, aumentó sostenidamente en cada medición.
Al término del mandato de Calderón, la pobreza aumentó hasta 53.3 millones de personas (45.5 por ciento de la población). Después, el de Peña Nieto terminó en 51.9 millones de personas (41.9 por ciento de la población). En el caso de la pobreza extrema –lo peor de las condiciones sociales–, el sexenio calderonista terminó con 11.5 millones de pobres extremos. El de Peña Nieto, con 8.7 millones.
Con esas cifras llegó Andrés Manuel López Obrador. También, con condiciones de crisis orgánica del Estado, en el que estaba cuestionada la legitimidad del gobierno tras la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, profundas contrarreformas estructurales que se coronaron con la energética, que abonaron al desastre económico, político y social.
Siempre es pertinente volver a cuestionarse cómo después de 35 años de esa larga noche neoliberal, el pueblo de México resistió a tantas atrocidades por parte del bloque en el poder, conformado por el PRI, el PAN –lo que quedó del PRD– y Movimiento Ciudadano, así como del bloque económico que se benefició de la política pública de aquel entonces. Quizá una respuesta esté en los elementos culturales y en los ideales de lucha de la Revolución Mexicana, que condensó las grandes demandas del pueblo mexicano.
Recuperación del Estado
Cómo entender el logro del sexenio de López Obrador en materia de combate a la pobreza es quizá una de las preguntas que más ronda en la prensa. Qué explica esa hazaña, como la calificó la presidenta Claudia Sheinbaum. Ambas preguntas son pertinentes. Pero, sobre todo, ¿cómo permitimos que por más de 30 años se deterioraran las condiciones sociales, económicas, de vivienda, de salarios, de educación?
Y no es menor, porque esas preguntas abren la discusión sobre la historia reciente de nuestro país. Reflexionar sobre ello también nos dirige a las luchas constantes del pueblo mexicano por mayores derechos y democracia. También nos lleva a desmontar los mantras de los gobiernos neoliberales.
Dichos mantras neoliberales constantemente justificaban el endeudamiento del país, la falta de recursos públicos para programas sociales, la imposibilidad de incrementar el salario porque “aumentaba las presiones inflacionarias”; que debía apoyarse al sector empresarial porque iba a bajar el recurso a los más pobres. Después del gobierno de López Obrador, y con dato en mano, dichas justificaciones fueron una farsa. Como farsa fue lo del “peligro para México”. Quienes realmente fueron un peligro para el país fueron los gobiernos neoliberales, que constantemente incrementaron la pobreza y redujeron los derechos conquistados.
Tampoco aumentó la inflación por los incrementos sustanciales del salario mínimo, incluso, con una pandemia y tensiones geopolíticas internacionales. Ni aumentó la deuda como porcentaje del PIB de forma irresponsable y se otorgaron una batería de programas sociales enfocados a atender a los grupos más vulnerables: adultos mayores, jóvenes, mujeres, a la niñez y también a los campesinos, grupo social que encarna al México profundo y el sujeto histórico de las grandes transformaciones de nuestro país.
Fuente: conferencia de prensa de la Presidencia de la República, 30 de septiembre de 2024.
Combatir la corrupción, limpiar al aparato de Estado, aumentar la recaudación fiscal y dialogar con el sector empresarial fue parte de una amplia estrategia de recuperación del Estado, o sea, de ese espacio que encarna las contradicciones de las fracciones de clase. Pero además se recuperó el sector social del Estado, o sea, al conjunto de instituciones de salud pública, al sector de la vivienda, la educación pública, mismos que habían avanzado en la privatización en el periodo neoliberal.
La recuperación del Estado y de su parte social es también transformación de las instituciones. En salud, la creación del Insabi primero y del IMSS Bienestar después. El combate a la corrupción en la compra de medicamentos para otorgar medicinas accesibles a la población. En vivienda, la recuperación del Infonavit y el combate a la corrupción para volver a construir vivienda social. La creación de la Secretaría del Bienestar y de las Mujeres, acompañan también dicha transformación de las instituciones, para atender a sectores vulnerables como campesinos, adultos mayores y jóvenes. En síntesis: transformación institucional que es cambio en la correlación de fuerzas de la lucha de clases.
Expresión territorial de la pobreza
Una de las características del capitalismo mexicano, es el desarrollo geográfico desigual. Con la actualización de datos de pobreza publicados por el Inegi, también podemos tener una panorámica del cambio de estructuras sociales. Por ejemplo, el índice de GINI, que se usa para medir la desigualdad en la distribución de ingresos –en donde 1 es más desigual–, muestra una variación entre 2018 y 2024 como se observa en los mapas.
Es notorio la concentración de la desigualdad en la región sur-sureste, históricamente olvidada por los gobiernos de México. Destacan Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Campeche en 2018. En 2024 se observa un incremento de la desigualdad en Guerrero, pero también una mayor desigualdad en Nuevo León, en Ciudad de México y en el Estado de México.
Por otra parte, es notoria la disminución de la desigualdad en el norte del país, ligado históricamente también al ciclo productivo estadunidense con el sector manufacturero. Destacan Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Tamaulipas y más hacia el bajío, Zacatecas.
Por otra parte, los estados que siguen mostrando índices de pobreza rural elevados en 2024 respecto 2018,son: Puebla, Guerrero, Oaxaca. Veracruz y en mayor medida Chiapas.
En el caso de la pobreza urbana, hubo una disminución en la Ciudad de México del orden del 0.7 por ciento. Sin embargo, los principales estados muestran una mínima disminución. Un caso particular es el del Estado de México, que aumentó la población en situación de pobreza de 16.7 por ciento a 18.2 por ciento.
Frente a la población en situación de pobreza urbana y rural, se nota que la atención y los resultados estuvieron en la pobreza rural, quizá por eso en las ciudades no fue tan notorio ese avance, porque se focalizó en el México profundo.
Indicadores de carencia social
En los indicadores de carencia social que publicó el Inegi, los resultados muestran en general una disminución, como se observa en la gráfica. El que más reducción tuvo fue el de carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, pues pasó a nivel nacional de 27.5 por ciento a 18.8 por ciento. Le sigue carencia por acceso a los servicios básicos de la vivienda.
Una de demandas del pueblo de México es la seguridad social. El modelo económico y político del periodo neoliberal justamente intentó reducir al máximo la seguridad social. Ese indicador es uno de los más grandes, el más complicado por la cantidad de intereses económicos y políticos vinculados a él. El gobierno de López Obrador redujo la carencia de acceso a la seguridad social de 66.2 por ciento de la población a 62.7 por ciento.
Dos indicadores de carencia social incrementaron: el de rezago educativo, pues aumentó 0.7 por ciento entre 2018 y 2024 y el de acceso a servicios de salud, este es quizá el más importante, pues pasó de 20.1 por ciento de la población a 44.5 por ciento, un incremento del 24 por ciento en el periodo. Es por ello, que el gobierno de Claudia Sheinbaum se está enfocando en este rubro.
El rezago educativo es más marcado en 12 entidades del país en 2024, en donde Estado de México, Veracruz, Chiapas, Jalisco, Oaxaca y Guerrero concentran el 44 por ciento de la población con dicha carencia. En cuanto al rezago en acceso a servicios de la salud por entidad en 2024, los principales estados son: Estado de México, Chiapas, Veracruz, Puebla, Jalisco y Michoacán. Estas entidades concentran el 50 por ciento de la carencia en los servicios de salud.
La división de la pobreza por grupos de interés muestra que la pobreza extrema sigue siendo considerable en los hablantes de lenguas indígenas con 29.2 por ciento de este grupo, seguido de los indígenas con 22.9 por ciento. La pobreza moderada también se concentra en los hablantes de lengua indígena (37.1 por ciento) y en indígenas (37.9 por ciento), personas analfabetas (35.7 por ciento) y en afrodescendientes y mujeres, ambos con 24.7 por ciento.
Dato mata relato. ¿Qué van a decir los grupos de oposición ante estos datos? ¿Van a reconocer el desastre que crearon? ¿Van a reconocer los avances en seis años del gobierno de quien calificaron como “peligro para México”?
Por parte del gobierno es sin duda un éxito, pues revierte procesos históricos de rezago. Falta mucho, sí. Se avanzó, también. Con estos resultados, se puede focalizar la política pública hacia sectores muy concretos y rangos de edad y de género. De hecho se está haciendo con la atención a las mujeres y la creación de una secretaría. Se atiende el rezago de pueblos indígenas y afromexicanos con la modificación del artículo 2 y la creación de un cuarto nivel de presupuesto y con becas para niños y niñas y jóvenes.
Por último, es notorio que “por el bien de todos, primero los pobres” fue la ideología que determinó la política social del gobierno de México y abrió un nuevo proceso, la transformación gradual del Estado y de sus instituciones, algo que no se suele analizar por expertos y expertas, mucho menos por medios de comunicación. No es de su interés pero, poco a poco, la transformación de las instituciones del gobierno, evidencia el cambio en la correlación de fuerzas de las clases sociales, el avance del pueblo de México por conquistar sus derechos, bienestar y su liberación. Ese proceso abierto difícilmente se podrá detener, tanto por fuerzas internas, como externas.
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