Olimpiadas de invierno: testimonial, la única aspiración “mexicana”

De corbata roja protocolaria, tenis negros y cinturón de calaveras de huesos cruzados debajo de una ligera panza que el saco no alcanza a disimular; cabellera larga, castaña y cuidadosamente despeinada; cámara en mano, el príncipe espera detrás de la plaza convertida en escenario para la ceremonia cívica