Operación Bajo Mundo: la negociación de Estados Unidos con la mafia italiana*

“Entregarse a Jesús”… y el Estado ausente

Era muy común encontrar –a partir de la década de 1950 en determinadas colonias, sobre todo en la que nací, la Guerrero– en las ventanas de algunas casas un letrerito que decía: “Este hogar es católico. No aceptamos propaganda comunista o de otras religiones”. Junto a la frase había una estampa de la virgen María o de Jesucristo.
No hay democracia real con impunidad

José Manuel Paredes, catedrático de derecho penal, dice que “hay delitos económicos que no se juzgan y, cuando se juzgan, casi nunca acaban en condena”. Cierto. Los delitos económicos, los que comete la minoría rica, se persiguen poco y se castigan menos. Y cuando raramente los delincuentes de esa minoría son imputados, sus abogados dilatan los procedimientos hasta poder acogerse a la prescripción de los delitos. Por fin, los escasos condenados suelen ser indultados. Impunidad.
Pareto y Mosca: la autocracia de las elites

Los italianos Vilfredo Pareto y Gaetano Mosca fueron pensadores universales y fundaron y explicaron el fenómeno de las elites en su sentido contemporáneo vigente, pero que históricamente nació con Aristocles, alias Platón, y su prédica aquella de que los mejores gobernantes –llegado el caso– serían los “filósofos-reyes”, en respuesta platónica a la democracia directa en todo su apogeo durante la era de Pericles en Atenas. Platón, Pareto y Mosca temían al pueblo que exigía una democracia con el pueblo, y no como la democracia indirecta o representativa, gobernando para el pueblo. Las elites fueron una creación política autocrática, para sacarle la vuelta a las dos caras de la democracia, donde un grupo o un dictador o cosa parecida se erigen en el “elegido” para gobernar. Así, el poder de uno o de unos cuantos (¿el Pacto por México?) decide política, económica y socialmente lo que le conviene, obviamente a la elite, y de paso a la sociedad o al pueblo.
Acreditan sobregiros por 797 millones en publicidad de Salud

La Secretaría de Salud incurrió en dos sobregiros presupuestales por más de 790 millones de pesos en publicidad oficial. La Función Pública ya audita los 4 mil 600 millones de pesos que gastó la dependencia entre 2010 y 2012, para favorecer de forma discrecional a algunos medios de comunicación. El amplio expediente de promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria apunta al extitular de Comunicación Social de Salud y actual vocero del Senado de la República, Carlos Olmos Tomasini, quien signó 629 contratos “sin contar con suficiencia presupuestaria”